La metodología del Colegio Patagonia se basa en la evaluación formativa, donde se busca evaluar los procesos educativos de los estudiantes y no sólo los resultados, poniendo el foco en la evolución del niño, principalmente en comparación con sus propios logros. Su propósito va más allá del rendimiento del alumno, se trabaja monitoreando y acompañando su aprendizaje.
A continuación, compartimos tres claves para entender por qué la evaluación es un aspecto intrínseco al proceso de enseñanza-aprendizaje; y cómo se llevará a cabo en forma concreta en las salas de clases del Colegio Patagonia.
1/ Reconocemos la diversidad en nuestra sala de clases
Conscientes que la diversidad en el aula es la realidad común en toda sala de clases, reconocemos que nuestros estudiantes tienen capacidades, intereses y necesidades diversas, además de realidades socioculturales, las cuales influyen en la forma de abordar el aprendizaje. De esta manera, el profesor o profesora es quien se adapta a esta realidad, diversificando la evaluación, lo que supone un proceso de ajuste gradual y paulatino en el contexto educativo.
Para esto, sumamos instrumentos e instancias de evaluación que son complementarias, que miden la evolución del estudiante, su progreso, a la vez que el resultado, de acuerdo con el contexto individual así como a los objetivos de aprendizaje correspondientes a cada nivel.
2/ Retroalimentación efectiva con los estudiantes
Es nuestra estrategia permanente en el proceso educativo. Los estudiantes, al ser protagonistas de su aprendizaje, conocen las metas y criterios de evaluación, y reciben una retroalimentación en forma constante sobre su desempeño . Para que ésta sea efectiva, es importante que sea descriptiva y no enjuiciadora, que considere los aspectos logrados y también los que se deben mejorar. Además de ser comprensible y oportuna, pues tiene que entregarse cuando los estudiantes siguen siendo conscientes de los resultados del aprendizaje, cuando aún tienen tiempo para actuar sobre ello y pueden mejorar con esta orientación.
3/ Instrumentos de evaluación: desde los portafolios a los proyectos
Basarse sólo en pruebas escritas no permite medir ni monitorear el aprendizaje de los alumnos. Por eso es fundamental contar con diversas formas de evaluar, como proyectos con rúbricas claras, ensayos, presentaciones orales y portafolios con líneas de cotejo, además de contar con autoevaluaciones y evaluaciones entre pares.
Una de las herramientas que utilizaremos son los portafolios, que agrupan distintos trabajos realizados por el estudiante y ayudan a identificar cómo piensa, cómo cuestiona, analiza, sintetiza, crea o interactúa con otros. Otro instrumento son los proyectos que se trabajan desde tercero básico en adelante. Son el método más eficaz para integrar saberes y concretar aprendizajes, junto con ser una oportunidad para que los estudiantes se proyecten hacia la comunidad local, aportando con la resolución de problemas reales, como la conservación de los bosques nativos o la migración campo-ciudad, entre otros.